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Asociación Patrimonio Albacetense

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viernes, 24 de abril de 2020

4/24/2020

El yacimiento del Cerro de los Santos

Yacimiento y vías de comunicación en las  proximidades del Cerro de los Santos 
(Fuente: García Cardiel, 2015)
Hoy salimos de la capital para hablar del yacimiento arqueológico del Cerro de los Santos, en Montealegre del Castillo, conocido con este nombre desde tiempos de los Reyes Católicos. Este enclave se sitúa en los aledaños de la Vía Heraklea, cercano al corredor de Almansa; encontrándose, por tanto, en la ruta de mejor comunicación entre la costa murciana y el interior. Se posiciona en un cerro que apenas destaca 30 metros de su entorno, a pesar de estar a 736 metros sobre el nivel del mar (msnm), a unos ocho kilómetros de la actual población de Montealegre del Castillo. 

Aparecen en este yacimiento diferentes zonas de tierra removida debido a las ramblas y a las excavaciones y expolios que ha sufrido desde finales del siglo XIX, donde se encuentran los restos de un posible santuario del siglo II a.C. en su ladera oeste. Por su parte, en la cima, la tala de árboles que se produjo en el s. XIX ha provocado el corrimiento de tierras, que ha dado lugar a que solo quede la roca madre. Además, han ido apareciendo ya varias esculturas, con un gran incremento hacia 1830, cuando se produce la tala. 

Se dan varias campañas de excavación, en un primer momento, de parte de Vicente Amat y los Padres Escolapios de Yecla, obteniendo la mayor parte de las esculturas hoy conocidas; más tarde, se continuó el trabajo de manos de arqueólogos franceses, como A. Engel, y a principios del siglo XX por parte de Julián Zuazo, propietario de la finca. Más modernamente, en los años 60 se vuelve a excavar, esta vez con Joaquín Sánchez Jiménez (Museo de Albacete) y Augusto Fernández de Avilés (MAN) a la cabeza, aumentando la colección y ordenando los datos anteriormente obtenidos. La campaña menos fructífera en cuanto a colección dio, sin embargo, valiosos datos para la interpretación del sitio, esta fue la que llevaron a cabo Fernández de Avilés y Teresa Chapa a finales de los 70. Finalmente, la intervención más reciente se produjo en 2014 gracias a Sebastián Ramallo de la Universidad de Murcia, quién además publicó en 2019, junto a Francisco Brotons, un catálogo de las esculturas de este sitio.

Plano del Cerro de los Santos (Fuente: Blánquez y Roldán, 1999)
La cronología del yacimiento ha sido muy discutida, dadas las características de sus materiales, así como por la dificultad de contextualizarlos. En un primer momento, se trató de establecer una cronología en base a las esculturas, aunque no era suficiente, ya que a menudo un cambio estilístico no se corresponde con una evolución, por lo que son difíciles de fechar. Incluso se ha llegado a crear cierto debate entre otras esculturas de la Provincia. De este modo, a través de la cerámica, numismática y otros restos se ha planteado como posible fecha de inicio de uso del lugar hacia el siglo IV a.C., mientras que el final parece darse por un abandono progresivo entre el s. I a.C. y el I d.C. 

Todo parece indicar que el lugar estuvo dedicado al culto, en particular a una práctica religiosa muy común en la antigüedad, la ofrenda de exvotos. En estas ofrendas, distintas figuras se ofrecen a la deidad a modo de pago por un favor atribuido a su intervención. En su mayoría se trata de esculturas antropomorfas en piedra (aprox. 400), si bien aparecen otras figuras de animales, además de unas cuantas hechas en bronce. Se observa continuidad en el culto, pero cambio en el modo de expresarlo, dada la aparición de un templo en piedra hacia el s. II a.C., periodo en el que esta región pasa a pertenecer a Roma. Es posible que los romanos adoptaran el culto autóctono sin problema, por asociarlo al dios Pales, una divinidad pastoril cuyo culto era ya considerado por los propios romanos. Además, podrían haberse realizado sacrificios, como indican los restos de fauna, en concreto de ovicápridos. Otro rito que se llevó a cabo en este templo son las libaciones, algo que queda documentado en la iconografía del lugar y tiene ejemplos paralelos en otros santuarios íberos de la época. 

Además del área del santuario, se han hecho catas en sus alrededores, encontrando en la Cata número 4 de la excavación de Fernández de Avilés y Chapa una estructura de habitación que parece indicar un lugar de residencia, dado que los materiales no son esculturas, como en el otro caso, sino ánforas republicanas, cerámicas ibéricas, fragmentos metálicos (muy mal conservados), etc. Destaca, por otro lado, la fauna, ya que, a diferencia de la hallada en el santuario, ésta es más variada (caballos, ciervos, toros, cabras…). También cambia la arquitectura de estas estancias, ya que es de mampuesto, en lugar de sillares como los del templo. Cronológicamente parece situarse entre el s. III a.C. y el I a.C., comenzando su abandono paralelamente con la aparición de una nueva construcción a los pies del cerro, en la Cañada de Yecla, la cual tiene una estructura similar y probablemente tuviesen el mismo uso. 

Sello y Lotería Nacional con la Dama Oferente
La interpretación de este lugar ha sido muy discutida, teniendo en cuenta la falta de un enclave poblacional destacable en su entorno, siendo el yacimiento de Fortaleza, situado entre este punto y el Tolmo de Minateda, el único que hasta ahora podría ser la población de la que dependiera el santuario. Aun así, se trata de un lugar situado a unos 12 kilómetros, y con un tamaño reducido, por lo que se plantea la posibilidad de que fuera un santuario rural dependiente de varias poblaciones de pequeño tamaño de la zona, aunque estas granjas no parecen tener la capacidad suficiente para generar un lugar de culto con la importancia que parece tener este. Se plantea, en este sentido, que fuese un santuario para viajeros, dada su situación en una vía de comunicación, puesto que las estructuras de su alrededor podrían haber conformado una especie de “albergue” que permitiese a los viajeros abastecerse. De este modo tendría únicamente un poblado dependiente del santuario, y no al contrario. Además, estos espacios continúan su actividad hasta el s. II d.C., a pesar del abandono del templo. Otra teoría propuesta consiste en el uso de éste como un lugar de valor político y comercial en un territorio neutral, empleado de esta manera por las élites para matrimonios o acuerdos, aunque esto no justifica su situación. También se ha hablado de su utilidad como santuario terapéutico, debido a la existencia depósitos de aguas estacionales ricas en sales sulfatomagnesiadas, que ayudan con ciertas molestias; aunque esto no parece tener mucho sentido dada la presencia de otros lugares más propicios que también muestran restos ibéricos. 

Dama Oferente y vitrina del Museo Arqueológico Nacional (MAN)
Para conocer algunos restos de este lugar puedes visitar el MAN o el Museo Provincial de Albacete. Pero, además, no olvidemos que en el centro de la ciudad contamos con una reproducción de su pieza más famosa, la Dama Oferente, en la plaza del Altozano.


Réplica de la Dama Oferente en la Plaza del Altozano (Albacete)



Bibliografía:
  • Chapa Brunet, T. 1984: “El Cerro de los Santos (Albacete), excavaciones desde 1977 a 1981”, Al-Basit, 15, pp. 109-124
  • Escolapios, PP. 2007: Memoria sobre las notables excavaciones hechas en el Cerro de los Santos, Yecla (ed. or.: Madrid, 1871)
  • Fernández de Avilés, A. 1965: “Excavaciones en el Cerro de los Santos (Segunda Campaña)”, Noticiario Arqueológico Hispánico, 7, pp. 143-145
  • García Cardiel, J. 2015: “El Cerro de los Santos: paisaje, negociación social y ritualidad entre el mundo ibérico y el hispano”, Archivo Español de Arqueología, 88, pp. 85-104
  • Ramallo, S. y Brotons, F. 1999: “El santuario ibérico del Cerro de los Santos”, J. Blánquez y L. Roldán (eds.), La cultura ibérica a través de la fotografía de principios de siglo. Un homenaje a la memoria, Madrid, pp. 169-175
  • Ruano Ruiz, E. 1988: “El Cerro de los Santos (Montealegre del Castillo, Albacete): Una nueva interpretación del santuario”, Cuaderno de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid, 15, pp. 253-273
  • Sanz, R. y Blánquez, J. 2010: “Caballeros ibéricos en torno a la Vía Hercúlea. Una mirada sobre la escultura ibérica”, P. Bueno et alii (eds.), Arquelogía, sociedad, territorio y paisaje. Estudios sobre prehistoria reciente, protohistoria y transición al mundo romano en homenaje a Mª Dolores Fernández Posse, Madrid, pp. 253-278
  • Soto, E. 1980: “Estudio de los restos faunísticos del yacimiento del Cerro de los Santos (Albacete)”, Al-Basit, 7, pp. 110-111


Bibliografía de ampliación:
  • Blánquez, J. y Roldán, L. 1999: La cultura ibérica a través de la fotografía de principios de siglo. Un homenaje a la memoria, Madrid
  • Ramallo, S. y Brotons, F. 2019: Catálogo de escultura del Cerro de los Santos, Montealegre del Castillo, Albacete, Murcia

martes, 3 de septiembre de 2019

9/03/2019

Quiosco de la Feria


Vista general del Quiosco ferial
En el centro de un lugar tan emblemático como es el Recinto Ferial de Albacete encontramos una obra que remata el simbolismo de su ubicación. Concentra a su alrededor los círculos y a su vez el final del paseo central, se trata del Quiosco de la Feria, del arquitecto Daniel Rubio. Inaugurada en la feria de 1913, esta obra se aprobó en el año 1912 como parte de una serie de reformas en las instalaciones del Recinto Ferial, recayendo en el proyecto de Rubio a través de un contratista catalán al que le fue adjudicada en subasta. Desde su construcción supone un punto de referencia que vive en el subconsciente de todo albaceteño, al igual que la Feria es su semana grande, el quiosco es el punto central de su está, así está construcción tuvo gran aceptación por parte de la ciudad, y no solo porque señalara un lugar que ya era importante en sí mismo, sino porque además supone una obra arquitectónica destacada.
Plano del proyecto original del Quiosco de la Feria, 
arq. Daniel Rubio, 1912
 (Fuente: Archivo Municipal de Albacete, 
Sign LC 794. Exp. 1912)
Siguiendo el gusto de la época, la obra se sirve del metal para crear formas retorcidas y ligeras de una gran elegancia, además, toma influencias modernistas catalanas que bien pudieron venir de quioscos presentados en la Exposición Regional Valenciana de 1909. Se compone de una planta octogonal y es proyectada en dos alturas, la baja para cafetería y la alta para orquesta, mientras que su cubierta se diseña como una cúpula redonda desde la que se extiende una visera, que queda al vuelo. El balcón que hará de separación entre la primera y la segunda planta, al utilizar una escalera central de caracol, no interrumpe los grandes espacios que crea en cada una de las ocho paredes del recinto. Por otro lado, en la parte baja, se decora con mosaicos, al igual que en la parte inferior de la visera y el interior de la cúpula, que será semiesférica y peraltada. El perímetro del templete se cierra con una barandilla de hierro forjado, formando claves de sol en la parte superior, en cada uno de sus vértices separando los distintos tramos de la barandilla se elevan ocho columnas que unen ambas alturas, existiendo una novena en el centro del conjunto envuelta por la escalera que la circunda. Otros elementos de hierro con que cuenta el edificio son los soportes del vuelo rematados en crestería, con decoraciones vegetales retorcidas y que terminan en luminarias colgadas.
Se crea así una construcción elegante, liviana, un templete típico de la Época Modernista que podemos encontrar en otras ciudades a modo de cafetería en parques o plazas y que, en este caso, es un lugar de visita obligada, al menos una vez al año, dada la relevancia del punto en el que se erige. En definitiva, una obra rica en valor artístico que además supone un hito en el urbanismo albacetense.




Quiosco de la Feria, vista nocturna

Bibliografía:
  • Gutiérrez Mozo, E. 2001: El despertar de una ciudad. Albacete 1898-1936, Albacete, pp. 100-101.
  • Lara García, M.P. 2008: “El arquitecto Daniel Rubio Sánchez. Primera época: Antequera (1909-1910) y Albacete (1910-1920).” Isla de Arriarán, revista cultural y científica, 31, Málaga, pp. 117-156.









martes, 27 de agosto de 2019

8/27/2019

Julio Carrilero Prat

Julio Carrilero Prat nació en Albacete el 16 de julio de 1891 y muere el 31 de enero de 1974. Hijo del igualmente llamado Julio Carrilero y de Nieves Prat, fue catedrático de dibujo del Instituto de Enseñanza Secundaria de Albacete. 

Desde niño tuvo gran vocación por el dibujo, habilidad que desarrolló asistiendo a las clases de su padre. Ingresó en la Escuela de Arquitectura de Madrid, consiguiendo el título en 1916. Su primer encargo fue una colaboración con Manuel Sainz de Vicuña para la construcción de la Plaza de Toros de Albacete. Durante la década de los años veinte trabajó en Madrid y Albacete, en este último como arquitecto municipal (1919-1923), periodo en el cual comienza su colaboración con Manuel Muñoz (1920-23). 

Posteriormente realizó encargos para la Diputación (1928-1940), momento en el cual edificó varias de sus obras, así, encontramos el Mercado de Carretas, el Matadero Municipal, o el Depósito del Sol, hoy convertido en biblioteca. En Madrid desarrolla su actividad levantando casas de vivienda colectiva en las que va evolucionando su estilo ecléctico. Este estilo será muy característico de todas sus creaciones, pues lo utiliza en edificios en altura como el de la calle Luchana número 31, esquina con Juan de Austria. 

Durante la segunda República, su obra se moderniza formalmente con construcciones como las Casas Baratas, de la Cooperativa de la Redención en el barrio de Matadero Viejo y con otras como son los Solares de Prestigio entre las medianeras de la calle del Tinte. Finalmente, tras la Guerra Civil nuestro arquitecto vive una nueva etapa constructiva junto a Miguel Ortiz (1942-1955), juntos llevarán a cabo la reforma del Recinto Ferial añadiendo un nuevo anillo perimetral. 



8/27/2019

Oratorio de San Felipe Neri

Exterior (Fuente: Docomomo)
En 1963, el por aquel entonces estudiante de arquitectura Antonio Escario (Albacete, 1935), junto con el arquitecto Adolfo Gil Alcañiz realizan el Oratorio de San Felipe Neri. Su construcción se inicia en 1964, aunque no lo veremos finalizado hasta 1970. Se sitúa en la calle Arcángel San Gabriel, junto a la casa de la Congregación del Oratorio de San Felipe Neri, en frente del Parque Abelardo Sánchez. Este es considerado como uno de los mejores ejemplos de arquitectura española del siglo XX y se exhibió en el Pabellón Español de la 14º Bienal de Arquitectura de Venecia. 
Vista frontal (Fuente: Docomomo)
En cuanto al estilo, la iglesia está enmarcada en el Racionalismo del momento. Nuestro edificio presenta una estructura sencilla que se puede dividir en dos partes, para el que se utilizaron materiales puros. Por un lado, tenemos la estructura de pesados muros de mampostería que dan forma al oratorio. Por otro lado, la cubierta de cerchas metálicas conforma un pesado elemento con revestimiento continuo de madera en su cara interior, que crece en forma de espiral conforme nos acercamos a la zona del altar, iluminando esta. Estas dos partes están claramente divididas por una franja de vidrio continua que aporta la idea de floración de la primera parte de la segunda. Pretendía estar en diálogo con la Naturaleza, guardando armonía con el entorno donde se sitúa.
Planos (Fuente: Docomomo)
 Cabe destacar que, aunque la imagen de la Virgen que se sitúa en la entrada fue esculpida por Vilacamps, tanto el mobiliario como las piezas litúrgicas del templo fueron diseñados por Escario. Entre ellas destaca el bloque cúbico del altar de piedra, que favorece la unidad conceptual del conjunto. 
Con esta obra Escario busca una nueva forma de abordar el proyecto de un espacio religioso desde una perspectiva diferente. Tanto es así que podemos ver en esta obra referencias a la capilla de Notre-Dame-du Haut (1950-1954), a la de Ronchamp de Le Corbusier y a la Unitarian Church de Frank Lloyd Wright.
Interior (Fuente: Docomomo)
En conclusión, este templo se encuentra en buen estado gracias a haber estado activo desde su construcción. Desde 2017 es sede de la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de las Angustias y San Felipe Neri. Por último, debemos informar de que se encuentra incluido dentro del Docomomo Ibérico.

viernes, 16 de agosto de 2019

8/16/2019

Proyecto para Juan López

Proyecto para Juan López
Este edificio suele pasar desapercibido debido al magnífico edificio del actual Archivo Histórico Provincial, que se sitúa en frente, obra de Miguel Ortiz e Iribias. Sin embargo, nuestro protagonista no deja de ser un inmueble muy interesante. Proyectado en 1913 por Daniel Rubio, ocupa parte de la actual calle Padre Romano, aunque también se comunica con San Julián. 
Detalle: Iniciales de Juan López inscritas en el dintel de la puerta del edificio
Si observamos el plano original del arquitecto, pronto nos daremos cuenta de que el edificio es más grande y complejo que en el proyecto. Y es que parece ser que se amplió, aunque desconocemos los motivos. En lugar de cuatro vanos, la fachada cuenta con seis, agrupando los dos centrales con una preciosa balaustrada de obra, y los otros dos pares de ventanas, dos a cada lado, tienen cada cual su barandilla metálica, con un nivel de detalle que las hace únicas. Cabe destacar también las magníficas guirnaldas que enmarcan la parte superior de la planta baja.
Es interesante destacar el hecho de que el edificio adyacente, de otro color, pero idéntico al nuestro, es una reproducción muy posterior. El arquitecto que lo realizó tuvo el acierto de proyectar un edificio igual, respetando así la estética y diferenciándolo tan solo por el color. Sin embargo, hay un detalle más que los diferencia y es que ciertos elementos en las barandillas del original no pudieron ser reproducidos. El edificio original está protegido, al ser entorno de un BIC (el Archivo Histórico).
Detalle: barandillas edificio original irreproducibles
8/16/2019

Proyecto para Dolores Rodríguez

Casa para Dolores Rodríguez
Proyectada por Buenaventura Ferrando Castells, en enero de 1927, se conserva todavía ubicada en la esquina de la confluencia de la calle San Julián con la calle Zapateros. El que fuera autor del Pasaje Lodares, proyecta entonces un edificio para Dolores Rodríguez Vera en estilo neobarroco. El arquitecto articula la fachada con dos torres, situándose una de ellas en el chaflán del citado cruce. La otra la encontramos en la fachada de la calle Zapateros, en dirección al Ayuntamiento. Destaca la gran cantidad de detalles del exterior, siendo especialmente interesantes los frontones partidos con óculos en el centro que coronan las ventanas del piso superior, antes de pasar a la cubierta inclinada, a modo de alero sobre la cornisa. 

Detalle: frontones partidos con óculos

Protegido en el Catálogo de Bienes de 1998, no parecen haberse llevado a cabo muchas de las acciones de mejora propuestas, ni siquiera la retirada de la marquesina que pedía el documento. Además, el catálogo asegura que es un edificio de finales del siglo XIX, a pesar de que pertenece, en realidad, a la primera mitad del XX. Respecto al interior, no tenemos noticia, ni hemos podido acceder.

Detalle: ornamentación exterior

jueves, 15 de agosto de 2019

8/15/2019

Banco de España

Fachada Banco de España
Nos encontramos ante un edificio construido en 1933 para albergar la sede del Banco de España en la ciudad de Albacete. Fue llevado a cabo por Romualdo de Madariaga, arquitecto que también fue creador de las sedes para la misma entidad en Santiago de Compostela, Salamanca y Zaragoza. A día de hoy se mantiene en buen estado ya que goza de protección estructural, según el Catálogo de Bienes Protegidos del Ayuntamiento de Albacete, esto incluye protección tanto para la estructura del propio edificio como para la cubierta y los elementos ornamentales de la fachada.

Cuando observamos esta obra es inevitable ver que se trata de una construcción maciza. Se divide horizontalmente en 5 calles, de las cuales, la central es la más amplia, ya que es la que da acceso al edificio a través de una puerta metálica que se levanta sobre una pequeña escalera. En la parte superior de la puerta, podemos ver las iniciales BE que hacen referencia a la entidad del Banco de España. Toda esta estructura se resguarda bajo una cornisa sencilla, sobre la que se levantan 3 alturas más, de las cuales, la primera cuenta con un pequeño ventanal rectangular cubierto por rejas doradas, la segunda de mayor tamaño cuenta con balaustrada metálica y, sobre el friso que recoge el nombre de la institución en un relieve, se alza la tercera de estructura idéntica a la segunda.

En cuanto a las 4 calles laterales, vemos dos a cada lado. Se separan por una serie de pilastras acanaladas de estilo jónico, que sustentan el friso antes mencionado que marca el cambio en la decoración de la parte superior que se realiza, ahora, con un pequeño almohadillado rectangular que da paso al frontón del que hablaremos más adelante. En cuanto a la articulación de estas calles laterales, encontramos una fórmula que se repite: el primer piso cuenta con ventanales de gran tamaño cubiertos por una serie de rejas doradas similares a las que veíamos en la calle principal. Los dos pisos superiores se solucionan con vanos más pequeños balaustrados con la misma reja metálica.

Decoraciones laterales del Banco de España

Por último, el edificio se acaba con un sobrio frontón en el que se colocan decoraciones, tanto en los extremos como en el centro. A la izquierda podemos ver un escudo sujeto por un erote y un león, mientras que a la derecha es un águila la que sujeta el escudo junto a otro amorcillo. Sin embargo, la pieza ornamental más imponente es la central que, además, remata el edifico. Se trata de una composición triangular formada por dos atlantes que custodian el escudo de España que parece hacer referencia al escudo que se utilizó durante el reinado de los Reyes Católicos y no al de la II República, ya que durante este periodo se utilizaba el escudo que se encontraba en el reverso de las monedas de 5 pesetas acuñadas durante el Gobierno Provisional de 1869-1870. Por su parte, la pieza que lo corona está formada por una serie de torres y no es una corona como tal, lo que alude, directamente, a la II República Española, periodo durante el cual fue construido el edificio.

Detalle del escudo del frontón del edificio


Anverso y reverso de una moneda de 5 pesetas acuñada en 1870

Bibliografía y páginas web:



8/15/2019

Antiguo Hotel Central

Este edificio se sitúa en la confluencia de las calles Marqués de Molins y Concepción. Fue construido por el arquitecto Julio Carrilero para Camilo Legorburo en el año 1921. El edificio se encuentra, a día de hoy, conservado, pero se ha rehabilitado y goza de un nivel de protección estructural que cubre toda la estructura, incluso el color y los elementos decorativos. 
Antiguo Hotel Central, Interior (Fuente: Biblioteca UCLM1)
Del interior solo sabemos que la planta baja es diáfana, lo que permitió una pluralidad de usos, incluyendo el cambio de programa que se realizó en 1928. Por su parte, la estructura externa se divide en tres estratos bien diferenciados. El inferior, que corresponde a la planta abierta antes mencionada, albergaba el café y la sala de juegos y es, por tanto, la parte que consta de muro con ventanales más amplios, a modo de escaparate para las actividades que se realizaban en el interior. El segundo estrato acogía las habitaciones del hotel, del cual hay que destacar que es el más macizo y opaco. Además, este segundo piso, marca, de manera más clara, la continuidad de la fachada mediante el chaflán curvo. Por último, el tercer estrato remata el conjunto. Se trata de una galería con un marcado ritmo de pilastras dobles que sustentan una cornisa que ayuda a realzar la coherencia visual de ambas fachadas. 

Por último, en cuanto a los elementos decorativos se incorporó al diseño un frontón en la entrada del antiguo music hall, sostenido por pilastras dobles. Junto a ellas podemos observar unas marquesinas de vidrio de estilo modernista, que también usaría Daniel Rubio en el diseño del Gran Hotel. La entrada del café se proclama como el punto más tenso del edificio, visualmente hablando, al ser el más expuesto a la calle y resguardarse por una pareja de columnas. Las ventanas del segundo estrato, el más solemne de los tres, solamente se decoran con unos sencillos balaustres de cinc.

1 Fuente: http://biblioteca2.uclm.es/biblioteca/ceclm/expopostales/albacete/p%C3%A1ginas/DOCU03.htm

Bibliografía:
  • Gutiérrez Mozo, E. (s.f.). El despertar de una ciudad, Albacete 1898 – 1936. Albacete, España: Celeste Ediciones.
8/15/2019

Iglesia Catedral de San Juan Bautista

Proyecto para la Catedral de Carrilero y Muñoz
La Iglesia Catedral de San Juan Bautista, situada en una antigua colina sobre la que se alza la Plaza Virgen de Los Llanos, fue construida a principios del siglo XVI (sobre otra iglesia mudéjar de la Época Medieval) y fue diseñada por varios arquitectos, entre ellos Diego de Siloé, quien se encargó de la reforma de la iglesia. Fue proyectada como parroquia para albergar a la población de Albacete, y en 1950, con la creación de la Diócesis de Albacete, se le otorgó el título de catedral. Actualmente es un edificio de titularidad episcopal, además de un Bien de Interés Cultural.
Exterior de a Iglesia-Catedral de San Juan Bautista
La Catedral consta de dos fachadas: una de estilo  neorrománico con tres arquivoltas de arco de medio punto sostenidas por tres columnas, y otra neogótica, con una torre de planta cuadrada que funciona como campanario, terminando con una portada de arco apuntado sobre la que se alza un rosetón. Está formada por tres naves de igual altura. Así, Cuatro pilastras góticas de estilo jónico, diseñadas por Diego de Siloé, soportan la cubierta. Sobre las naves laterales se abren varias capillas cubiertas por bóvedas barrocas de crucería estrellada, realizadas por Gregorio Díaz de Palacios. Dispone, además, de tres ábsides en línea y los muros perimetrales son de estilo gótico con pilares adosados, cuya decoración fue encargada a Casimiro Félix Escribá, quien realizó una serie de óleos sobre lienzo que se exhiben a lo largo de los mismos. 
La construcción fue paralizada por motivos económicos, pero se retomó más tarde, finalizando su construcción entre 1921 y 1960. El proyecto original contemplaba una torre de mayor altura acabada en punta, pero debido de nuevo a motivos económicos, no se llevó a cabo. A pesar de estos inconvenientes, la Catedral se encuentra en buen estado de conservación, debido entre otras cosas, a su uso continuado.
Interior de la Iglesia-Catedral de San Juan Bautista

Bibliografía y páginas web:
8/15/2019

Gran Hotel

Fotografía antigua del Gran Hotel de Albacete
El edificio Gran Hotel de Albacete, situado en la calle Marqués de Molins frente a la Plaza del antiguo ayuntamiento, es una obra de Daniel Rubio, inaugurada en 1917 y promovida por Gabriel Lodares durante la primera década del siglo XX. Supone el comienzo del eje más emblemático, urbanísticamente hablando, de Albacete: la calle Ancha. Fue construido en sustitución del concepto de posada, ya que la situación geográfica de Albacete requería la creación de hospedajes para transeúntes, comerciantes, soldados, etc. que se encontraban en o de paso por la ciudad. También fue uno de los puntos de encuentro de las Brigadas Internacionales durante la Guerra Civil.
Detalle de la Cúpula del Gran Hotel
Se trata de una propiedad privada que presenta cinco alturas, lo cual es una novedad en la época, coronada por tres cúpulas con tres linternas. La fachada es ecléctica, por lo que presenta una mezcla de estilos: renacentista, gótico, plateresco y modernista, siendo este último un claro icono de la ciudad. La estructura interior fue completamente reconstruida en el año 2000 por Francisco Candel, pero en sus inicios constaba de una entrada a eje de la calle que llevaba al patio cubierto o invernadero, rotulado como hallA la derecha, el comedor rectangular que abarca la doble crujía; a la izquierda se encontraba la cafetería, una sala de billares y otra de recreos, que se ceñía a la primera crujía. En la segunda, las escaleras principales y de servicio, alojan sus desarrollos, intercalándose entre ellas los aseos. En la fachada hay tres calles verticales que enmarcan las entradas, coronadas por las cúpulas y sus linternas. Horizontalmente encontramos una planta baja, tres cuerpos de balcones y un ático, donde se recarga la decoración con ventanas geminadas y de perfil curvilíneo. Aunque fue rechazado como Bien de Interés Cultural, sí le fue concedido el título Bien de Interés Patrimonial. Actualmente las marquesinas de cristal están en mal estado, cubiertas de polvo y presentan roturas en los vidrios; además, cabe destacar la presencia de un andamio de origen y utilidad desconocidas.


Gran Hotel de Albacete
Bibliografía y páginas web