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viernes, 24 de abril de 2020

El yacimiento del Cerro de los Santos

Yacimiento y vías de comunicación en las  proximidades del Cerro de los Santos 
(Fuente: García Cardiel, 2015)
Hoy salimos de la capital para hablar del yacimiento arqueológico del Cerro de los Santos, en Montealegre del Castillo, conocido con este nombre desde tiempos de los Reyes Católicos. Este enclave se sitúa en los aledaños de la Vía Heraklea, cercano al corredor de Almansa; encontrándose, por tanto, en la ruta de mejor comunicación entre la costa murciana y el interior. Se posiciona en un cerro que apenas destaca 30 metros de su entorno, a pesar de estar a 736 metros sobre el nivel del mar (msnm), a unos ocho kilómetros de la actual población de Montealegre del Castillo. 

Aparecen en este yacimiento diferentes zonas de tierra removida debido a las ramblas y a las excavaciones y expolios que ha sufrido desde finales del siglo XIX, donde se encuentran los restos de un posible santuario del siglo II a.C. en su ladera oeste. Por su parte, en la cima, la tala de árboles que se produjo en el s. XIX ha provocado el corrimiento de tierras, que ha dado lugar a que solo quede la roca madre. Además, han ido apareciendo ya varias esculturas, con un gran incremento hacia 1830, cuando se produce la tala. 

Se dan varias campañas de excavación, en un primer momento, de parte de Vicente Amat y los Padres Escolapios de Yecla, obteniendo la mayor parte de las esculturas hoy conocidas; más tarde, se continuó el trabajo de manos de arqueólogos franceses, como A. Engel, y a principios del siglo XX por parte de Julián Zuazo, propietario de la finca. Más modernamente, en los años 60 se vuelve a excavar, esta vez con Joaquín Sánchez Jiménez (Museo de Albacete) y Augusto Fernández de Avilés (MAN) a la cabeza, aumentando la colección y ordenando los datos anteriormente obtenidos. La campaña menos fructífera en cuanto a colección dio, sin embargo, valiosos datos para la interpretación del sitio, esta fue la que llevaron a cabo Fernández de Avilés y Teresa Chapa a finales de los 70. Finalmente, la intervención más reciente se produjo en 2014 gracias a Sebastián Ramallo de la Universidad de Murcia, quién además publicó en 2019, junto a Francisco Brotons, un catálogo de las esculturas de este sitio.

Plano del Cerro de los Santos (Fuente: Blánquez y Roldán, 1999)
La cronología del yacimiento ha sido muy discutida, dadas las características de sus materiales, así como por la dificultad de contextualizarlos. En un primer momento, se trató de establecer una cronología en base a las esculturas, aunque no era suficiente, ya que a menudo un cambio estilístico no se corresponde con una evolución, por lo que son difíciles de fechar. Incluso se ha llegado a crear cierto debate entre otras esculturas de la Provincia. De este modo, a través de la cerámica, numismática y otros restos se ha planteado como posible fecha de inicio de uso del lugar hacia el siglo IV a.C., mientras que el final parece darse por un abandono progresivo entre el s. I a.C. y el I d.C. 

Todo parece indicar que el lugar estuvo dedicado al culto, en particular a una práctica religiosa muy común en la antigüedad, la ofrenda de exvotos. En estas ofrendas, distintas figuras se ofrecen a la deidad a modo de pago por un favor atribuido a su intervención. En su mayoría se trata de esculturas antropomorfas en piedra (aprox. 400), si bien aparecen otras figuras de animales, además de unas cuantas hechas en bronce. Se observa continuidad en el culto, pero cambio en el modo de expresarlo, dada la aparición de un templo en piedra hacia el s. II a.C., periodo en el que esta región pasa a pertenecer a Roma. Es posible que los romanos adoptaran el culto autóctono sin problema, por asociarlo al dios Pales, una divinidad pastoril cuyo culto era ya considerado por los propios romanos. Además, podrían haberse realizado sacrificios, como indican los restos de fauna, en concreto de ovicápridos. Otro rito que se llevó a cabo en este templo son las libaciones, algo que queda documentado en la iconografía del lugar y tiene ejemplos paralelos en otros santuarios íberos de la época. 

Además del área del santuario, se han hecho catas en sus alrededores, encontrando en la Cata número 4 de la excavación de Fernández de Avilés y Chapa una estructura de habitación que parece indicar un lugar de residencia, dado que los materiales no son esculturas, como en el otro caso, sino ánforas republicanas, cerámicas ibéricas, fragmentos metálicos (muy mal conservados), etc. Destaca, por otro lado, la fauna, ya que, a diferencia de la hallada en el santuario, ésta es más variada (caballos, ciervos, toros, cabras…). También cambia la arquitectura de estas estancias, ya que es de mampuesto, en lugar de sillares como los del templo. Cronológicamente parece situarse entre el s. III a.C. y el I a.C., comenzando su abandono paralelamente con la aparición de una nueva construcción a los pies del cerro, en la Cañada de Yecla, la cual tiene una estructura similar y probablemente tuviesen el mismo uso. 

Sello y Lotería Nacional con la Dama Oferente
La interpretación de este lugar ha sido muy discutida, teniendo en cuenta la falta de un enclave poblacional destacable en su entorno, siendo el yacimiento de Fortaleza, situado entre este punto y el Tolmo de Minateda, el único que hasta ahora podría ser la población de la que dependiera el santuario. Aun así, se trata de un lugar situado a unos 12 kilómetros, y con un tamaño reducido, por lo que se plantea la posibilidad de que fuera un santuario rural dependiente de varias poblaciones de pequeño tamaño de la zona, aunque estas granjas no parecen tener la capacidad suficiente para generar un lugar de culto con la importancia que parece tener este. Se plantea, en este sentido, que fuese un santuario para viajeros, dada su situación en una vía de comunicación, puesto que las estructuras de su alrededor podrían haber conformado una especie de “albergue” que permitiese a los viajeros abastecerse. De este modo tendría únicamente un poblado dependiente del santuario, y no al contrario. Además, estos espacios continúan su actividad hasta el s. II d.C., a pesar del abandono del templo. Otra teoría propuesta consiste en el uso de éste como un lugar de valor político y comercial en un territorio neutral, empleado de esta manera por las élites para matrimonios o acuerdos, aunque esto no justifica su situación. También se ha hablado de su utilidad como santuario terapéutico, debido a la existencia depósitos de aguas estacionales ricas en sales sulfatomagnesiadas, que ayudan con ciertas molestias; aunque esto no parece tener mucho sentido dada la presencia de otros lugares más propicios que también muestran restos ibéricos. 

Dama Oferente y vitrina del Museo Arqueológico Nacional (MAN)
Para conocer algunos restos de este lugar puedes visitar el MAN o el Museo Provincial de Albacete. Pero, además, no olvidemos que en el centro de la ciudad contamos con una reproducción de su pieza más famosa, la Dama Oferente, en la plaza del Altozano.


Réplica de la Dama Oferente en la Plaza del Altozano (Albacete)



Bibliografía:
  • Chapa Brunet, T. 1984: “El Cerro de los Santos (Albacete), excavaciones desde 1977 a 1981”, Al-Basit, 15, pp. 109-124
  • Escolapios, PP. 2007: Memoria sobre las notables excavaciones hechas en el Cerro de los Santos, Yecla (ed. or.: Madrid, 1871)
  • Fernández de Avilés, A. 1965: “Excavaciones en el Cerro de los Santos (Segunda Campaña)”, Noticiario Arqueológico Hispánico, 7, pp. 143-145
  • García Cardiel, J. 2015: “El Cerro de los Santos: paisaje, negociación social y ritualidad entre el mundo ibérico y el hispano”, Archivo Español de Arqueología, 88, pp. 85-104
  • Ramallo, S. y Brotons, F. 1999: “El santuario ibérico del Cerro de los Santos”, J. Blánquez y L. Roldán (eds.), La cultura ibérica a través de la fotografía de principios de siglo. Un homenaje a la memoria, Madrid, pp. 169-175
  • Ruano Ruiz, E. 1988: “El Cerro de los Santos (Montealegre del Castillo, Albacete): Una nueva interpretación del santuario”, Cuaderno de Prehistoria y Arqueología de la Universidad Autónoma de Madrid, 15, pp. 253-273
  • Sanz, R. y Blánquez, J. 2010: “Caballeros ibéricos en torno a la Vía Hercúlea. Una mirada sobre la escultura ibérica”, P. Bueno et alii (eds.), Arquelogía, sociedad, territorio y paisaje. Estudios sobre prehistoria reciente, protohistoria y transición al mundo romano en homenaje a Mª Dolores Fernández Posse, Madrid, pp. 253-278
  • Soto, E. 1980: “Estudio de los restos faunísticos del yacimiento del Cerro de los Santos (Albacete)”, Al-Basit, 7, pp. 110-111


Bibliografía de ampliación:
  • Blánquez, J. y Roldán, L. 1999: La cultura ibérica a través de la fotografía de principios de siglo. Un homenaje a la memoria, Madrid
  • Ramallo, S. y Brotons, F. 2019: Catálogo de escultura del Cerro de los Santos, Montealegre del Castillo, Albacete, Murcia

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